jueves, 23 de octubre de 2008

WONDERFUL LIFE

-Ilustración de ANA ALMELA-
En las horas silentes de este recien otoño estrenado, al margen de los ruidos y de las mareas, siempre hay una esquina para asomarnos a la vida, que pasa.

Y cuando llenamos el vacio con el hueco de la memoria; cuando abarcamos el aire con la boca llena de nostalgias; cuando lo que somos no invalida lo que fuimos,.... queda el viento claro de la mañana y el sentimiento añejo y AZUL de un tiempo que es ahora diferente, dentro de una visión maravillosa de esta vida que no es enteramente nuestra...¿o sí?


He olvidado tu cara en el cristal
al tiempo que un frío pálpito
escudriña su velada presencia.
El agua sobre mi cara hace renacer
nuevos colores, el azul plomizo y un verde plano
“wonderful life, wonderful life,...”

Intuyo el son de la mañana
que me reta en su quietud
a deshacer la escarcha de mis ropas,
salir comido por la luz
y a que el aire me dibuje curvas y líneas
de una calculada tristeza.
Tomaré una vez más el mismo camino
y llegaré opaco al mismo lugar,
un lugar donde no podría resguardarme si anochece,
y donde el sueño de tu boca no está.
Después, conduciré mi mente lejos,
huiré a donde no haya nada ni nadie, no sé...
a un lugar más cercano a mí que las estrellas
“wonderful life, wonderful life,...”

La mañana me invita a caminar con su aire, al unísono,
a no perder el humo sobre mi piel ni los sueños rotos,
el blanco sobre el blanco o la nada entre todo.
Después del tiempo perdido
entre la luz del frío y la inocencia,
marcadas las cartas del juego
y carentes las ilusiones,
esta arriesgada apuesta se sucede
entre un aire pesado que la hace más solitaria.
Y aunque el sol amarillo no es tu sombra: es Dios,
no sé qué hacer para inducir más luz en mis pupilas
“wonderful life, wonderful life,...”

La ciudad respira todavía sombría
y levanta su mano pidiendo otra oportunidad.
Mi corazón, apenas prevalece a este gesto
que lentamente se alza en su rutina cotidianidad
mientras fibras de luz llorando caen
en la sonora marcha de manos y pies de sus moradores.
Hoy, de nuevo las calles
se tiñen de preguntas que anoche encontré
boca abajo en un rincón,
en un oscuro rincón nunca visitado.
Preguntas que arden
como la rosa calcinada en el bosque del alba
y que yo no sé contestar.
Después de todo, temo mi yo invalido de ternura
mientras pienso quieto
qué corta es la distancia entre su mano y la mía
o qué larga es esta hora llena de segundos
cuando me faltan sus silencios.
Cuando me falta la pisada incorpórea de la luz
o el clamor sonoro del viento sobre mi piel.
“wonderful life, wonderful life”


He olvidado tu cara en el cristal
y salgo despacio a hacer el día
temeroso de perderlo,
dispuesto a colmar de matices
el enjambre del viento,
solitario de nieblas donde esconderme,
y buscador de piel en los espejos.

“wonderful life, wonderful life,...”
“wonderful life,... wonderful life,...”

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Wonderful poem and, yes, wonderful life.

Anónimo dijo...

Versos hermosos los tuyos, Ángel, que me recuerdan el otoño de otro Ángel (Gonzalez).

"¿Y me preguntas hoy por qué estoy triste?
De los álamos vengo."

O estos otros:

"Entonces era otoño en primavera,
o tal vez al revés:
era una primavera semejante al otoño."

El helado otoño de Ángel, lejos del dorado de Keats o al melancólico de Lamartine.

angel almela dijo...

El Maestro González, siempre tan lúcido, siempre tan en la memoria... Sí, quizás el otoño, con su dorado paisaje, abre urgencias donde no las hay.
Gracias por tu comentario.
SOMOS EL TIEMPO
Somos el tiempo

Pedroluis Almela Valchs (M.J.P.) dijo...

Te respondo por aquí, mientras me deleito en tu poema. ¿Que por qué ahora escribo más poesía que prosa? Aparte de las razones que expones en mi blog, te falta una: la pereza....pero también la inmediatez de la imagen que la poesía atesora.
Un abrazo