miércoles, 2 de febrero de 2011

("Presión", de Ana Almela)
La calma necesaria para el encuentro de uno mismo con el mundo, y un paisaje querido en la retina, bastan para llegar a ser uno con todo lo que nos rodea.
Este es el sentido de mi breve poema.  

Cuando regrese a mí mismo
dejando ahíto el tiempo de cerezos,
me quedará sólo el rugir espléndido
de un otoño que ya me envuelve
junto a las caricias rítmicas de las olas
y eso ya sí,
sí, me bastará.