viernes, 29 de abril de 2011
UNA TARDE TRANQUILA
Sólo es Tiempo, tiempo que envuelve la tarde, una tarde tranquila....
Mi pupila otea el paso de la vida
vigilando el cercano espacio que pasa,
el viento, la lejanía que traspasa
el aliento último de mi voz dormida.
Atrapo el horizonte sin cabida
respirando la fugacidad escasa
que rodea el entorno; mi casa
que no tiene ya puerta de salida
en medio de la senda de paso.
El momento se para en mi retina,
con el mismo sentido, el mismo ocaso,
la misma palabra y la misma colina
otra vez repetida en este repaso
que contemplo, esta tarde tranquila.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
Instantes de belleza, tiempo de armonía. Bello poema.
Saludos. David.
a ti se te ve muy tranquilo siempre. mucha sensibilidad demostras el dia que casi llegamos a los 5 millones de parados. ni que fueras funcionario
Precioso...sublime...sentido.
Me ha encantado este soneto, Ángel. Yo lo dedicaría a estos que dicen que el soneto está trasnochado, caído y anticuado. ¿No será que no saben así, sin rodeos, que son incapaces de abarcar la poesía en todos sus recovecos? Para mí el poeta es eso: el que convoca sentimientos en cualquier estilo y maneras.
Por otra parte, yo me siento parte del poema que nos presentas. Soy espectadora impotente por lo que de caducos tienen los días, de ese paso del tiempo con sus días y sus minutos. Y soy dueña de mi presente cuando toca disfrutar de ese tiempo en tardes de paz indescriptibles.
Ojalá y yo lo pudiera decir tan bien y comentar lo bien que me he sentido dentro de tu poesía.
Espero que Anónimo sea solo un bromista...
Un abrazo, Ángel
David, siempre tan generoso...Gracias.
Carmen, me gustan los sonetos por lo que abarcan, por lo sonoros y amplios que son, y sí, el tiempo, que lo es todo, se esconde detrás de cualquier momento, y tras una tarde tranquila, también. Me encanta que te haya gustado.
Publicar un comentario