(Foto de J.A. Almela, con Cieza y la bandera tricolor como sujetos.)
En esta fecha en que de nuevo recordamos un hecho histórico, el advenimiento de la II República, quiero recordar un aspecto que para mí fue de lo mejor de aquel tiempo que vivió este País. Un aspecto que toca directamente al valor de la Educación y de los Maestros, y ello en un tiempo actual en el que se recortan derechos de los docentes y presupuestos educativos.Y para ilustrarlo, quiero refererir un texto que sobre LA REPÚBLICA Y LA EDUCACIÓN, escribió hace unos años un jurista, sociólogo y político español. Dice así.
Al iniciarse la década de los años treinta, el sistema educativo español se hallaba en condiciones muy precarias. El Estado tenía una presencia débil, subordinado a la actuación de la Iglesia católica en la enseñanza. La desidia pública se manifestaba en los niveles primarios de la educación, en la discriminación que tenía lugar entre quienes podían cursar el bachillerato y quienes no tenían la posibilidad de estudiar tras la primaria, en la dejación de la enseñanza secundaria. Francisco Giner de los Ríos señalaba así: «De todos los problemas que interesan a la regeneración político-social de nuestro pueblo, no conozco uno solo tan menospreciado como el de la educación nacional». De esta forma, la Segunda República nació con un programa de reforma global del sistema educativo que incluía la construcción urgente de escuelas, la dignificación del maestro con un aumento sustancial de sus retribuciones, el establecimiento de un sistema unitario de tres ciclos, el fomento de una pedagogía activa y participativa, una concepción laica de la enseñanza. Por poner un ejemplo, en cuatro años, entre abril de 1931 y abril de 1935, el número de maestros nacionales pasó de 37.500 a 50.500. La reforma concitó la hostilidad de sectores poderosos de la sociedad española.»
(José María Maravall en el prólogo del libro: Maestros de la república: Los otros sentidos, los otros mártires, de María Antonia Iglesias).
No hay comentarios:
Publicar un comentario