Hay días en los que uno siente ganas de volver la cabeza hacia lo que ha escrito para ver si aún tienen vigencia las palabras que un día creó con la ilusión de que serían, por lo menos, casi eternas. Y claro, uno sabe sus limitaciones y sabe, además, que lo más radiante de su lucidez se esconde en palabras aún no dichas.
Aún así, cuando leo lo escrito hace 20 años (por ejemplo), siento ensanchanse mi "alma" porque al menos, y sobre todo, fui sincero en mi escritura...como creo que aún sigo siendolo hoy, a pesar de que uno siga siendo un picapedrero del verso, un escritor de poemas, no un Poeta porque eso sería igualarse a los que sí lo fueron (Macahdo, Salinas, Cernuda, A. González,...) y eso, permitirne, es demasiado osadía .
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