"¡Oíd, oíd todos! ¡Escuchad! ¡Escuchad!"
Sobre la memoria de la plaza
alzaré mi voz una vez más
con palabras que traspasen el espejo
que la luna extienda entre los silencios,
pero esta vez,
mi voz y mis palabras
apagarán una hoguera de muchos años,
y me iré sin molestar
como un árbol engullido por el paisaje.
Esa noche de martes,
con la luz suspendida del ocaso
la plaza volverá a ser testigo
de frases y gestos que se incrustarán
en el tiempo, en las conciencias y en las imágenes,
pero esta vez,
mi voz y mis palabras
se convertirán después en frágiles plumas
y me iré flotando, sin molestar,
como el breve rastro de una huella.
6 comentarios:
Y ese final será oído, por los ciezanos allí congregados, aunque crean poder oírlo cuantos años mas quieran o puedan.
Pero solo unos pocos, dejaran de de volver a escucharlo, para que ese final, sea el único que perdure en sus memorias.
.
Allí estaremos, con los sentidos atentos.
El final es siempre otro principio.
Muy bonito ese poema que he leído en el blog de tu amigo y en el tuyo y que he vuelto a leer y a leer...
Es tan sentido, que destila pena. ¿O no? Alguna vez las cosas acaban.
Conocí hace mucho la Semana Santa de Cieza. Muy hermosa.
Un abrazo, Carmen
... y las piedras de la plaza,
la gente, la Junta de Hermandades,
el pueblo y, nosotros,
tus amigos, hablaremos de ti.
Nos acordaremos de ti,
te tendremos siempre a
nuestro lado, como fundador
de éste Auto, que representa
la Pasión y Muerte
del Maestro, la entrega a
una misión, Salvar al Mundo,
como tú emulas, salvando a
tantos, con el ejercicio de tu
profesión, la educación.
Un fuerte abrazo.
(Por fin pude entrar)
Luis C. Roldán
Querido amigo Luis,
te agradezco sinceramente tus palabras y sabes que Yo, también estaré con vostros, entre las sombras del misterio que cada Martes Santo renace en la plza. mayor.
Un abrazo.
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