miércoles, 30 de noviembre de 2011

MERECIDO PREMIO

(El País, Jordi Socias)
Ayer le dieron el Premio Nacional de las Letras Españolas por toda su obra al escritor e intelectual, JOSÉ LUIS SAMPEDRO, este gran hombre de aspecto "quijotesco" como muy bien recoge la foto con que ilustro esta entrada, un Premio a todas luces ¡merecidísimo!.
Ha tenido que "resistir" (y digo bien, RESISTIR, porque él es un hombre de Resistencia frente a la mediocridad y la intolerancia) 94 años para que le den este galardón tan prestigioso, pero al fin se ha hecho justicia.
Yo hace tiempo que descubrí a este gran escritor. Primero como tal, cuando leí "La sonrisa etrusca" en 1986 al que siguieron otros libros, pero también descubrí al Sampedro intelectual lúcido que aporta reflexiones sobre la vida, la muerte, el amor, la libertad y otros temas. José Luis Sampedro no es un hombre de acción en el sentido clásico del término o al menos en sentido estricto. El pensamiento, la reflexión y la contemplación han sido a la vez su alimento, el objeto de su preocupación y su legado.

Entresaco de él tres magníficas respuestas suyas:
-El mercado no da la libertad. La libertad es como una cometa. Vuela porque está atada a la responsabilidad del que maneja. Lo sabían los revolucionarios franceses: libertad, igualdad, fraternidad. Hay que tener el pensamiento libre y crítico. Para ser yo, la poca cosa, la neurona que sea, necesito pensar con libertad. Con la libertad de la cometa. Mire las elecciones. Hay unas campañas fabulosas para inculcar a la gente lo que tiene que votar. Y como el poder tiene unos medios extraordinarios de difusión, que son de persuasión, logra que se vote a quien se vota y pase lo que pasa.

-Me pueden apartar, me pueden jubilar, pero no me pueden jubilar de mí mismo.

-Yo me considero un inmigrante en esta España. La manera de ser se construye en la adolescencia. Yo me construí en la España de los años treinta. En el 36 tenía 19 años, empezaba a vivir. Y entonces vino la catástrofe. Soy un inmigrante que no puede volver a su país porque ha desaparecido. En la Guerra Civil estuve en los dos campos, pero la dictadura fue una monstruosidad, aún hay quien dice que se vivía con placidez, serían ellos. La Universidad fue decisiva, dar clase es para mí tan importante como la literatura y la economía. Luego vino la etapa de padre de familia.

2 comentarios:

Hécate dijo...

Un luchador que encontró su sueño más querido en la palabra. Honor y gloria, forever.

Rosa Campos Gómez dijo...

Quise contestar a esta entrada cuando la leí, pero no tuve un hueco en su momento, te agradezco que fueras tan raudo en citar el premio otorgado a este Hombre que está tan vivo y lúcido para saborearlo.
Hace casi dos años escribí un artículo sobre él que no llegué a publicar, relacionado con una entrevista que le hicieron en radio y que resultó ser una clase magistral. Es posible que más adelante lo saque a la luz porque podemos ver que, en efecto, posee una afinada intuición que le convierte en un auténtico sabio con capacidad para prever.
Buen tino de actualidad en esta entrada y en la que le sucede (¿y en cuál no, con independencia de la amistad?)