lunes, 4 de julio de 2011

EPÍSTOLAS VERANIEGAS 1

Querido Amigo,

Esta carta veraniega trata de abrir un circuito latente entre tú y yo, con esa esperanza nace y con esta primera humilde reflexión acoge un deseo, el que seas feliz, si bien sé de sobra que esto depende de grados.

Y para empezar estas epístolas os refiero lo que me comentaba hace muy poco un amigo ahora que iniciaba sus vacaciones y que tras años de trabajo y de especialización no estaba contento con su empresa, una organización de carácter público, porque pensaba que toda organización formada por personas debería tener como referentes los criterios de Eficacia y Eficiencia, además de los de Humanidad y Servicio, tan demandados hoy y siempre. Y manifestaba ese malestar porque siendo él un especialista en un ámbito de trabajo determinado (comprobado a través de la satisfacción de sus clientes y de sus años de servicio), desde la Dirección le han impuesto para después de vacaciones otras tareas alejadas de las que le han sido propias durante más de 30 años de servicios prestados, y ello no por una cuestión exclusivamente de competencia profesional, sino sólo por un criterio corporativo de antigüedad en la empresa. Además, le dicen desde la Dirección que al estar en contra de este cambio impuesto, en realidad lo que le pasa es que tiene un cierto “miedo” a enfrentarse a esa nueva tarea siendo él capaz como es, cuando en realidad no es así, pues comenta que sólo es una cuestión de optimización de recursos y de grado de satisfacción en el trabajo (él será el único trabajador de la empresa que no estará en el lugar que prefiere), algo tan necesario entre los profesionales de cualquier ámbito….

Y la verdad es que creo que tiene razón. Pienso que si algún criterio corporativo –aunque sea legal- puede provocar que alguien tenga que realizar un trabajo que no le apetece además de que el trabajador está formado, tanto por la experiencia como por la especialización en otro ámbito o tarea que hace a satisfacción de la empresa y el público, esto un fallo organizativo grave.

Yo le digo como el verso de Rilke sobreponerse a todo”, que la vida está entretejida dificultades ante las cuales hay que saber reaccionar, pero la verdad es que comprendo su malestar y entiendo que empiece sus vacaciones con ese malestar de alguna forma se trasladará a la organización de la que forma parte….Ellos se lo pierden, y los clientes también.

Leí hace unos años una historia sobre los habitantes de Potosí (Bolivia), que tenían fama de ser muy pesimistas, tanto, que se decía de ellos lo siguiente: Cuando un potosino se desmaya, no vuelve en sí, vuelve en no. Pues bien, creo que hay profesionales que vuelven cada mañana en no, que van al trabajo maldiciendo su suerte. Para su desgracia, por cierto….. Y para la de quienes dependen de ellos.

Un abrazo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Te entiendo, hermano. Algo así me pasó a mí hace años y realmente lo pasé bastante mal...
Feliz veranico y que cargues pilas.

angel almela dijo...

Gracias Hermano,Juanjo, Juan y otros que me habéis escrito por correo interno sobre esta 1ª Epístola. Debo deciros que todos coincidís en decir -de una u otra forma- que una organización, pública o privada, del ámbito educativo o de cualquier otro, que no tiene en cuenta la Eficacia y Eficiencia de sus Recursos Humanos, es una organización con un fallo estructural que a la larga lo pagará. La persona eficaz y eficiente en un puesto de trabajo es un aval para el éxito y el prestígio para la organización.
Saludos.