Hay fechas en el calendario que recurren insistentemente en un mismo tema, en una misma dirección, que se empeñan en marcar, a veces hasta con saña, el reloj del tiempo y, como somos el tiempo, uno se aferra al corazón con la cadencia lastimera de un animal perdido, y sueña.
Este es un fragmento de un poema que escribí hace unos días, al hilo suave de un villancico.En el tono de las cosas que no tienen importancia
estos días abro la mañana sin rincones prohibidos,
buscando un lugar donde cobijar los sueños rotos,
y me quedo flotando en el aire templado
tomando el café, mirando
la solemnidad inscrita en cada gesto de la luz
que entra por el arco hacia la mesa,
y entre guirnaldas, que anuncian una nueva navidad,
me quedo flotando en ese aire templado
sin decir nada.
5 comentarios:
Te llevo algunos años de delantera en los reinos del tiempo, hermanico, pero ya veo que te vas haciendo amigo de Doña Nostalgia, lo cual no está nada de mal; es muy natural.
Seguramente, esa amable señora te llevará de la mano por parajes en donde el tiempo es eterno y en donde los relojes se pararon en algunos rincones de la memoria, trozos del cielo prometido.
Nos tomaremos una sidrica en honor de Ella.
Muchas veces ese no decir nada es decirlo todo. El silencio sonoro es una realidad, porque nos habla a cada uno de nosotros con una voz que es justamente la adecuada, la que conocemos y comprendemos allí, en el fondo del alma. Porque, quizás, es la voz de lo que fuimos y hasta de lo que seguimos siendo en esencia, aun sin saberlo.
Peter, esa "amable señora" no siempre llega enseñando los colmillos, a veces, sólo es una niebla que abarca un campo ancho, el del corazón, pero sin dañarlo.
SOMOS EL TIEMPO
Somos el tiempo
Rosa, me gusta lo del silencio sonoro, porque esa voz, que como bien dices es nuestra, sabe de los rincones de cada uno y nos humaniza al hacernos ver que somos parte de esta colectividad, de la misma tribu.
SOMOS EL TIEMPO
Somos el tiempo
el leerlo me ha dado un toque nostálgico, me ha gustado mucho. Tampoco se queda atrás la ilustración que la acompaña, una maravilla. Saludos a los dos.
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