Con motivo de la entrega del XIX Premio de Poesía Aurelio Guirao al poeta Jesús Cánovas, excelente poeta y amigo, este me requirió para hacer una reseña de su poemario ganador, "Otra vez la luz, palomas", para una Revista hispanoamericana, cosa que hice muy gustosamente.
El hecho es que hace unos días, me informó el propio Jesús de que mi reseña había salido en la Revista Literaria Barquiana, editada en Miami, y me daba el enlace para verla.
Quiero compartir este hecho con vosotros, y por eso adjunto mi texto y en enlace a la citada revista por si alguien quiere leerla allí.
(http://www.baquiana.com/Numero_XCV_XCVI/Rese%C3%B1a_I.htm)
El libro Otra vez la luz, palomas del poeta
afincado en Murcia y originario de Hellín (Albacete), Jesús Cánovas, con el que
ha ganado el XIX Premio nacional de Poesía Aurelio Guirao 2015, es un libro que
recoge la madurez de un poeta que llega a ese momento en el que el verso se
hace placidez dentro de la emoción sosegada y entra en una especie de señorío
de estabilidad madura, y eso, se nota.
Dice el autor en su
introducción que el tema de su poemario es el desconsuelo y la tristeza pero con
un anhelo de esperanza, y sin querer desdecir al poeta, considero que para mí
es sobre todo un poemario de compromiso con el hombre y su conflicto
existencial. Ya desde el inicio Jesús elige unos versos de Altolaguirre que
imponen un punto existencial al relato poético que por otra lado forma parte del propio corpus del poeta en
otros libros: “Yo soy aquel de quien
hablo./¿Desde dónde me contemplo” Jesús,
el poeta, se convierte en personaje, en actor del poema y realiza un
monólogo interior dramatizado desde su
propia voz que trasciende al lector, y su pregunta no es más que una búsqueda
de su misma voz. Al hacerlo, Jesús se convierte en parte del nosotros, porque
su voz, escrita en sus versos, forma parte de las emociones que a todos nos
conmueven, y por ende a los conflictos que a todos nos atañen.
Otro aspecto fundamental en
su poemario es la infancia, paraíso
perdido, lugar donde la inocencia hace confluir a todos los conflictos en
un estado de no-conflicto, que en Otra
vez la luz, palomas se convierte en esperanza, una puerta de salida del poeta donde poder
escapar de su conflicto personal generador de versos tristes y de desconsuelo.
Partir del inconsciente
colectivo, que en este caso es la individualidad del poeta, para llegar al
lector, es siempre un reto para cualquiera que se acerque a la creación
poética, y considero que tras la lectura de este poemario, uno se siente identificado con los versos, con el conflicto
y su emoción, y eso es para mí un éxito de Jesús Cánovas y su libro.
Decía García Montero que la
poesía es un modo de ajustar las cuentas con la realidad, y creo que la poesía
de Otra vez la luz, palomas responde
a esta afirmación pues tras la tristeza y la esperanza que existe en sus
versos, hay un ajuste del poeta con aquello que generó el relato poético del
libro. Un ajuste que, a través de una estética de la emoción, planifica un
resultado donde la infancia, las palomas que vuelven con la infancia, resuelven
un crucigrama existencia que se nota humano, y que emociona.
Ha sido para nosotros, desde la colección Acanto que
empezamos en 2009 y que lleva ya quince números, una satisfacción haber
publicado este poemario ganador de un premio que lleva el nombre de uno de los
nuestros, el poeta fallecido en 1996, Aurelio Guirao, poeta que al que llegó a
conocer Jesús, al que respetó y quiso, y al que años más tarde llegó incluso a
homenajear en su otra ciudad murciana, Águilas.
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