-Foto de Paco Illán-
Decía una canción de John Lennon que la felicidad es una pistola caliente, y muchos declararon que ésta era una frase belicosa, y otros, sexual. LLegaron hasta prohibirla en Inglaterra.
La Sierpe y el Laúd estuvo en Murcia, una vez más, y creo que la foto que ilustra esta entrada del blog tiene algo que ver con esa frase de Lennon.
El balance semántico de esa frase no acaba en estas dos aproximaciones (bélica-sexual), porque también podría significar que la Felicidad, como factor de generosidad con uno mismo y los demás, es como un arma en plena acción, pero un arma como aquella de Celaya, una arma cargada de futuro, un elemento capaz de proyectar su propia definición más allá de sí mismo y fundamentar su esencia en el porvenir, no en ese porvenir del que hablaba el poema de Angel González (te llaman porvenir/porque no vienes nunca), sino ese mañana en el que nacemos cada uno.
Y es que la foto de arriba reclama un estado de felicidad que en este caso va unida al orgullo, a la satisfación de volver a estar donde desde hace ya más de 28 años hemos estado siempre, en el clamor de la cultura y de la literatura.
Porque a pesar de las palbras, de eso tratan nuestras publicaciones.