En el tono de las cosas que no tienen importancia
abro estos días la mañana, sin rincones prohibidos,
buscando un lugar donde cobijar los sueños rotos,
y me quedo flotando en el aire templado,
tomando un café, mirando la solemnidad
inscrita en cada gesto de la luz
que entra por el arco hacia la mesa,
y entre guirnaldas,
que anuncian otra nueva navidad,
me quedo flotando en este aire que me acoge,
con las manos llenas de tiempo.