Nadie sabe como fue,
pero hay un Portal vacío:
no tiene mula ni buey...
nadie sabe cómo ha sido.
Por las sendas de Belén
ya no quedan pastorcitos...
y tampoco existe nadie
que vaya emigrando a Egipto.
Nadie sabe cómo fue.
pero no hay Viorgen ni Niño,
y el pobre de San José
está desaparecido.
¿A dónde has ido carpintero?
¡Si persiguen a tu niño!
Y no vinieron los Reyes,
emigrantes del camino.
El Portal es como un muro
de concertinas y espinos.
La Virgen nunca llegó,
¡Su vientre en escalofríos!
¡Ay quién pudiera sentir
las lágrimas de ese Niño,
que destinado a ser Dios
murió ahogado en el camino!
Nadie sabe cómo fue...
Nadie sabe cómo ha sido.
Pese a los golpes de pecho
no hay pesebre para el Niño.
Pascual López Sánchez